Medellín7/7/1923
Querida Filomena:
La tarde cae y he llegado a la capital, a la estación del
tranvía y por vez primera monté en esta máquina maravillosa.
La gente de por acá es un poquito estirada pero también
he visto mucha gente de campo, quizás un poco más pobre que nosotros.
Por lo menos tenemos el consuelo de la tierra, allá en
nuestra pequeña parcela podemos sembrar la yuquita, el plátano, los frisoles y
criar los marranos.
¿Pero aquí Filomena?
Aquí la gente vive mal, arrastrada, sin un peso y mucho
menos un lugar donde caerse muerto.
Pero como vos sabes, estoy lleno de ilusión y ganas de
ser profesor. Ahora mismo voy camino a la Escuela Superior a inscribirme.
Dile al viejo y mamá que ya los extraño, que cuando
lleguen las vacaciones los visitaré.
En la tarde visitaré al tío Ambrosio para lo de la posada
y el trabajo en el granero para poder sostenerme.
Esta ciudad es muy movida, a donde vaya se ve romería de
gentes con toda clase de cachivaches, mercaderías y edificios grandes.
Amada Filomena, cuando nos veamos, ojalá sea pronto te
llevaré las telas que me encargaste para ese vestido bonito que le viste a la
tía Magola.
Hermanita querida, me despido de vos pero acordate que
siempre la llevo en mi corazón.
Por siempre tuyo, Manuel.
P.D. : No se le olvide las panelitas y la cuajada.
2 comentarios:
http://youtu.be/nvUeo5sagkA
Publicar un comentario