jueves, 23 de diciembre de 2010

TESOROS

Mi nombre se ha borrado en los ladrillos de los solares.
Toda memoria, todo registro visual o escrito ha sido arrasado por la humedad de este invierno desatado.
Sé que algo me quiere decir todo esto.
Como si una prematura muerte se anunciara
o como si un antiguo escriba condenado al olvido
ha sido esquirlado de sus cartuchos
por un inestable poder que todo lo devora.

Algún día soñé con altares y corazones rotos
por una lluvia de obsidana.

Ahora mi ser se arroja por la larga escala de piedra.