viernes, 25 de octubre de 2013

EN LA ORILLA


Yo también cierro los ojos y, en silencio, respiro hondo.
-¿Listo? Imagínate una tempestad de arena terrible, terrible de verdad-dice-. Y olvida cualquier otra cosa.
Tal como me ha dicho, imagino una tempestad de arena terrible, terrible de verdad. Y olvido cualquier otra cosa. Incluso quién soy. Me quedo en blanco.
Las cosas van aflorando enseguida. Y él y yo las compartimos en el viejo sofá de cuero del estudio de mi padre, como siempre.
-A veces, el destino se parece a una pequeña tempestad de arena que cambia de dirección sin cesar-me comenta el joven llamado Cuervo.
A veces, el destino se parece a una pequeña tempestad de arena que cambia de dirección sin cesar. Tú cambias de rumbo intentando evitarla. Y entonces la tormenta también cambia de dirección, siguiéndote a ti. Tú vuelves a cambiar de rumbo. Y la tormenta vuelve a cambiar de dirección, como antes. Y esto se repite una y otra vez. Como una danza macabra con la Muerte antes del amanecer.
Y la razón es que la tormenta no es algo que venga de lejos y que no guarde relación contigo. Esta tormenta, en definitiva, eres tú. Es algo que se encuentra en tu interior. Lo único que puedes hacer es resignarte, meterte en ella de cabeza, taparte con fuerza los ojos y las orejas para que no se te llenen de arena e ir atravesándola paso a paso. Y en su interior no hay sol, ni luna, ni dirección, a veces ni siquiera existe el tiempo. Allí sólo hay una arena blanca y fina, como polvo de huesos, danzando en lo alto del cielo.
Imagínate una tormenta como ésta. 
"

Un fragmento de En la Orilla
FRANZ KAFKA

CIUDAD OBSCURA



A Tirso Vélez donde quiera se encuentre

Vivo enterrado en mi ataúd de salamandra
De proporciones egipcias toda la mañana.
Nada me apetece más que la bebida.
Vivo en Huertas
Al norte de las colinas
Y siempre tengo hambre.

Como una orquídea eclosiono de noche
Salgo a repartir flores a hospitales
Matrimonios y velorios.
Algunas veces una que otra
Ceremonia de gala.

Gano unos cuantos peniques
No muchos
Lo suficiente para sostener
Mi sonrisa pétrea y cambiar de vendas.
Al regresar a mi sarcófago
Me atacan las hormigas
Con los años me he hecho dulce.

Apetecen mis hombros y cabeza.

Mi cabello ha crecido
No tanto mis uñas
De ser así me resultaría difícil
Mantener este empleo
Que ayuda a pagar mis deudas.

No había de otra
Teníamos que trabajar
Para mantener abierta las puertas de este museo.

Las personalidades de cera
Al igual que yo
Trabajamos en el turno de noche
Por razones obvias
Y por las luces y sombras
Que acentúan nuestras formas…

A ellos les asignan un empleo
De acompañantes
Por aquello de la distinción
Y sus trajes de cocktail.

A mí en cambio
Me dejaron las flores
Porque representaba bien el papel.

Mis heridas siguen intactas
Mis labios de cinabrio
Adictos a mojar las hojas y las orejas
Ahora cantan a las voces idas
En esta ciudad obscura.


lunes, 21 de octubre de 2013




EL POETA DE YESO... en la delgada placa de luz!!!



PRIMER INFORME DEL ARTISTA CACHORRO



Tanto carroñero que posa en este valle de lágrimas; de poeta y creador de imágenes.
Modelos hechos a la imagen y semejanza del estiércol; paridos a destiempo y sin dolor por el poder de la codicia que astutamente regentan.
…estos no son hijos de la masturbación, son la propia abominación.


SEGUNDO INFORME

Sucede en este pueblo -muy a menudo- donde todos posan de artistas que un buen día se inventan una acción -como el buen bandido que trama su treta- y la hacen pasar por “performance” o esas otras pompas que crean distinción cuando se las nombra como un predicador que arriba a descrestar calentanos.

Hablan de instalaciones, curadurías, ensambles; como si de una torre de Babel descendieran confundidas sus lenguas.
Como si hubieran asistido a una experiencia extática, descienden con sus tablas y nuevos evangelios para revelarnos su doctrina a nuestro ya arruinado paraíso.


MINORITY REPORT

Que puede sostener un pendejo recién aparecido que atraviesa un machete de neón y tiene la desfachatez de hablar de la frontera, desconociendo su tránsito.
No la chatarra que este personaje representa, sino los pies de piel y carne, de sudor y desesperanza que la atraviesan a diario para reinventarse.
¿Quién crea cuando niega o esconde?
Bajo una estela de estúpida claridad posan su escaso brillo, su limitado esfuerzo.
Todo esto responde a la misma demagogia, a las gramáticas del poder y las estéticas de la exclusión que por todos los medios tratan -y hasta logran- pasar por arte.