Hay gente que vas tras una foto, una falsa ceremonia, un
brindis.
Realmente lo que importa en la vida son los ENCUENTROS; auténticos y genuinos.
El primer encuentro con tus Padres cuándo los llenaba de
preguntas, de porqués, cómos, dóndes y cuándos.
El primer día de escuela cuándo Papá te llevaba en la
bicicleta y aún te despedías de beso en la mejilla y pedías la bendición sin
importar que dirán los compañeros.
El primer encuentro con la divinidad así haya sido
atropellado o provocado; lo importante es que ella siempre estuvo ahí.
El primer beso con tu primera novia cuándo eras chico y
te creías el galán de la cuadra.
Tu primera A, tu primer 5, tu primer 10 y te creías Einstein.
Tu primer encuentro serio con la ciencia cuando perdiste
la inocencia pero ganaste luces…
Y así my friend,
tu que me lees ahora, hallaras aún tantas cosas que recordar no como una vieja
colcha de retazos son como una verdadera manta que nos cobija de ASOMBROS.
Los ENCUENTROS,
las relaciones que establezcas con las personas que compartes y como sus sueños
y máximas aspiraciones no las sientes ajenas y como desde ese primer día ya
caminan contigo.