Tiempo atrás Dylan Thomas me escribió una carta hablándome de un extraño y perverso personaje del cual debería cuidarme por el resto de mis días:
es un tipo de lo más sospechoso con cara de funcionario.
Yo lo veo casi a diario saliendo de las bibliotecas fingiendo ser un buen padre
a él le gustan los ejemplos y ser el ejemplo... a seguir.
Vive para los premios
- se le apunta a todos -
y para el aplauso
( yo busco el aplauso, mi ego es tan frágil; pareciera decirse ).
Vive para la aprobación
es decir, es un sumiso
solo que esta ves pretende la libertad con palabras prestadas que le roba a los amigos.
Perdón
dije amigos y cometo un grave error
este sujeto no tiene amigos solo predicados.
Escribe libros y libros y libros
bajo un sello acorde a su reputación
tan solo para subir de escalafón...
su profesión es tan pobre!
Allí se recrea su aliento de provincia ávido de alcanfor
le coquetea a lo posmoderno pretendiendo ser todo un caballero con ademanes pardos.
Pobre tipo
burócrata que dice llamarse poeta
yo lo contemplo de lleno y palpo su oquedad
parece normal
pero nada, absolutamente nada tiene que decir.
A veces lo encuentro en acondicionadas salas como esta
jugando a las escondidas por los días del mes de abril
antojado como siempre disfraza su muerte de Halloween.
A veces lo encuentro en noches como esta
recreando su propio simulacro.
1 comentario:
qué hermosa sorpresa! hermano colombiano
y no puedo creer que exista un libro con ese nombre!
ya me pongo a buscarlo!
muchas gracias por tus palabras, que son cuerpo tambien
me gusta tu blog y te voy a agregar a los links!
un abrazo danzado!
Publicar un comentario